Autor: admin 21 marzo 2009

José Antonio Garriga Vela
Pacífico
Anagrama, Barcelona, 2008

La vida, en este país, durante la década de los sesenta, no era fácil. Todo tenía ese tono gris, tibio, deprimente y decididamente cutre que pocas series y películas actuales, por mucho que se empeñen, consiguen reflejar fielmente. Siempre, por unas causas u otras, acaban deformándolo, suavizándolo, edulcorándolo. El mundo, aquel mundo, bajo la dictadura, bajo la fuerza de la mano dura, bajo las leyes de un sistema forzosamente impuesto, siempre estrechamente relacionado con la Iglesia católica más siniestra y reaccionaria, terminaba siendo bien injusto para los perdedores, para los diferentes, para una buena parte de la sociedad. Un feo blanco y negro, tan diferente al luminoso blanco y negro de aquellas películas americanas que conseguían hacer los sueños un poco más cercanos y la vida un poco más llevadera, terminaba por inundarlo, por masacrarlo todo. Ahí, en ese tiempo, arranca la historia de esta familia.