Autor: admin 14 enero 2009

Toni Montesinos

A Rita Varela

Cual aéreo travelling cinematográfico, la parte sur y el perfil derecho de Manhattan se convierten en una de las panorámicas más absorbentes, más mentirosas y perfectas, que se pueden contemplar desde el cielo. Por la ventanilla de un pequeñísimo avión que ha salido de Filadelfia rumbo al aeropuerto de La Guardia y que a esas alturas de travesía ya vuela muy bajo, se divisa la ciudad de una forma inolvidable, excepcionalmente limpia y serena. Son toneladas de cemento y vigas organizadas en edificios, tras una estatua isleña con el brazo levantado y el rectángulo verde del parque, que se clava en la memoria para siempre de ese modo irreal que el recuerdo intensifica, con las ganas de volver donde se estuvo no en una futura y nueva oportunidad, sino en aquella misma que se vivió, como si uno pudiese, a lo antiheráclito, embriagarse en el mismo río dos veces.

Autor: admin 13 enero 2009

Ana María Reviriego

Los grandes ausentes de este viaje serían los libros, yo para no irme huérfana, el último día, como la maleta ya rebosaba y no se podía llevar más, eché mano a la estantería y cogí uno al azar, era el libro de poemas Alas, de Inma Chacón, me pareció un buen título pensando que dentro de dos horas echaría a volar por los aires hasta Singapur, así que lo metí deprisa en el bolso de mano y se vino conmigo. Saliendo de Frankfurt, donde habíamos hecho escala, se me ocurrió abrirlo y me encontré con una foto mía y de mi hijo (al que iba a ver) en Dresde, de espaldas a la catedral y al río, y el primer poema en que Inma le dice a Dulce que se volvió a Vietnam y el segundo regálame Berlín, demasiadas coincidencias para yo no pensar que todo tenía que ver con la buena estrella que preveía para este viaje, a mi cabeza acudieron las palabras bueno y bien, de golpe. Seguro que sería el signo del viaje.

Autor: admin 9 noviembre 2008

Patrick McGrath
Ciudad fantasma. Historias de Manhattan de ayer y de hoy
Traducción de Fabián Chueca. Herce, Madrid, 2008

En una amplia entrevista con Guy Landreau venía a decir el historiador George Duby que la Historia no es más que el flujo de los hechos históricos recuperados a placer por la imaginación del historiador. Bueno, no me hagan mucho caso, la cita no es literal y quizá George Duby no diría «recuperados a placer», pero también podría decirlo, porque era muy bueno en el oficio de historiar y en el de contar, quiero decir, aunque sobren las aclaraciones, que sabía manejar el archivo y la pluma. El caso es que tomando como referencia esa cita de Duby se puede entender que Ciudad fantasma, el libro de relatos de Patrick McGrath, es Historia, y desde luego de la que se lee con mucho agrado.

Autor: admin 8 noviembre 2007

Toni Montesinos

A Raquel Anido

Me digo, sentado en el avión que vuela hacia Nueva York, que el trabajo es amar la ciudad, y lo que salga al paso. En 1948, E. B. White apuntó que nadie va allí si no espera ser afortunado, así que el viajero, el diarista, el amante, el solitario, el que huye para encontrar un orden nuevo, todos en uno —el que ha dejado por escrito su sudoroso esprín por el aeropuerto Charles de Gaulle para hacer la escala a tiempo—, sienten de forma inconsciente ese deseo íntimo y previsible. Uno es tan parecido a los demás que hasta el alma se sonroja y la mirada rebosa de timidez; uno es, en definitiva, el mismo visitante que, diez años atrás, manipulaba su presente sin futuro y para quien la Gran Manzana representó un paréntesis de euforia y dicha.

Autor: admin 21 noviembre 2006

Hilario Barrero

A las cuatro ya es noche total en este día con lluvia, con olor a leña quemada y a tierra mojada. Voy a la biblioteca de Brooklyn a devolver tres películas: The seventh seal, Shoot the piano player y Belle du jour. El tiempo no perdona. La única que se salva es la de Bergman. Luego me acerco a la sección de libros en español. Encontrar un libro concreto es a veces imposible. Los lectores cambian los libros intencionadamente o sin saber. La mayoría está más interesada en leer libros de sexo, de astrología, de consejos, de cocina que libros de literatura. Hoy, mirando distraídamente por los anaqueles, me fijo en un título que, evidentemente, sobresale del resto. Se llama Cómo enloquecer a su mujer en la cama, de una tal Susana Wright. Lo abro y veo que tiene la solapa marcando el apartado que habla de “Cunnilingus”. La autora describe con un lenguaje seudocientífico y erótico cómo lamer la vagina en la que aparecen jugos de diversos olores y sabores. La señora Wright aconseja que el hombre no deje de lamer los labios vaginales y morder suavemente el clítoris a la amada si realmente quiere que esta enloquezca. Me doy cuenta de que el libro está en el lugar equivocado, que algún jovencito ansioso de saber más de sexo o de calentarse con la prosa de la autora, lo ha pasado de la estantería donde están los libros de temas sexuales, y que es muy obvia, a esta más seria donde paradójicamente la obra de la mujer fogosa está flanqueada por La llama doble de Octavio Paz y El loco de Khalil Gibran y no muy lejos de Para mayores de cuarenta años, de Willa Cather.